jueves, 1 de julio de 2010

Fiesta en el conventillo

1964. Estábamos en una semi-convivencia cuando decidimos casarnos, después de una reunión del Partido Comunista.
—Compañeros, ustedes están dando un mal ejemplo y además, la razón a los detractores que dicen que nosotros no tenemos moral, y eso del amor libre. Así que les pedimos que regularicen su situación con un pronto matrimonio.

"¿Qué estamos haciendo?" nos preguntamos mientras salíamos del reto, como perros con la cola entre las patas. Rapidamente: pedir fecha en el civil y análisis prenupcial. Cuando tuvimos día y hora anuncié a mi familia:

—Me caso dentro de un mes.
—¿Cómo que te casas? ¿Así de repente? ¡Estás embarazada! —casi afirmó mi vieja.
—No —contesté.
—¿Y por qué el apuro?
—Porque sí —dije, ocultando las prejuiciosas e imperiosas razones.

Mi viejo, no dijo ni preguntó nada, ni siquiera adónde íbamos a vivir. Mis padres estaban separados desde que mi hermano y yo eramos chicos, pero toda la vida conservaron una gran amistad y una mutua admiración. Los dos tenían sus respectivas parejas.

Hecho el anuncio, fecha y hora en el civil y fiesta en el conventillo, que era el lugar donde viviriamos. No teníamos nada. Quiero decir que como no sabíamos que íbamos a casarnos tan pronto, no habiamos hecho acopio alguno de muebles y enseres como solían hacer los novios pobres en aquellos tiempos, porque ademas con nuestros amigos sin un mango ¡minga de lista de regalos!. Nosotros ni la cama, que no recuerdo de donde apareció. Al fondo del lugar, armamos una casilla prefabricada que no tenía ni cimientos ni piso y donde fuimos instalando de a poco las cosas que ibamos consiguiendo. La gente que vivía allí nos recibió con los brazos abiertos y se ofrecieron para organizar el festejo de empanadas y vino.

Llegó el gran día y nos fuimos hasta el civil en tranvía. Mi testigo vino en camisón con un tapado arriba. Se había quedado dormida. Mi hermano que nos regaló los anillos, llegó tarde. Ceremonia cumplida, nos reunimos en almuerzo familiar en la casa de la madre de mi flamante marido a esperar que llegara la noche para celebrar. Ninguno de mis familiares conocía mi futuro hogar. La sorpresa que se llevaron fue muy grande. Yo ya había llevado mis pocas pertenencias y con ellas la mas valiosa, mi perra Neike. El patio del conventillo estaba lleno de amigos. Por suerte era techado porque llovía a cántaros. La fiesta estaba a pleno, cuando llegó mi vieja con su marido y mi viejo, a quienes con su glamour de siempre, presentaba....

—Mi marido... mi ex marido... —a los ojos sorprendidos de gente sencilla no habituada a estos entretelones estilo Hollywood.

Todo fue muy lindo hasta que mamá quiso ver la famosa casilla, futura residencia de su nena. Para llegar a ella había que atravezar un yuyal bastante crecido -que después cortamos- y saltar una zanja de agua estancada que daba un olor espantoso -donde pusimos unas maderas para cruzar-. Luego de constatar lo feo, inhóspito y desagradable del lugar, volvió a integrarse a la fiesta, con los ojos llenos de lágrimas. Dominga, al verla sensible a lo que ella creía su emoción de madre, le dijo consolándola:

—No llore Doña, no piense que pierde una hija, piense que gana un hijo.
—No —contestó mi vieja, sollozando. Si no lloro por eso. ¡Lloro por que la perra va a vivir en esta mugre!

Y tenía razón. Dominga no dijo nada y siguió con las empanadas. Y sí. El lugar no era nada lindo. Nos pudimos mudar unos tres años después, ya con nuestra hija, que nació en ese conventillo alumbrado a kerosene.

Pero la gente... la gente que conocí allí... eso es otra historia.

4 comentarios:

  1. Genial!!!! jajjaja Queremos esa otra historia! Y muchas más.
    Ah perdon... Mucho gusto! Soy Lupin, amiga de Vicky y fan de "la tia" así que aquí ya hace un tiempito te leo desde la oscuridad... pero Vicky me autorizó a comentar y revelar mi fanatismo.
    Me encantan tus historias, me encanta como escribís y todo lo que viviste! Ojala algún dia pueda emocionar a jovenes desconocidos con mis historias como lo hacés vos.
    FELICITACIONES POR EL BLOG!
    Lupin.-

    ResponderEliminar
  2. Tía de Vicky, tu historia hizo q por una vez en la vida tuviera ganas de casarme :D
    Quisiera conocer a tus amigos del conventillo. Espero q esa sea tu próxima historia.

    ResponderEliminar
  3. Pobre la perra, ahora por vos nadie se hacía problema...

    ResponderEliminar
  4. Me encantaria, que contaras la historia de cada uno de los que vivian en el conventillo...

    ResponderEliminar