martes, 22 de junio de 2010

Nelly, la prostituta lisiada

Tuve suerte.
Digo, porque mi vida se enriqueció gracias a la oportunidad de conocer toda clase de personas. Está bien. Algo puse de mi parte. Nunca me cerré en prejuicios... y nunca dije "no". Corría el año 1974 cuando mi amigo Alfredo me propuso:

—Quiero que conozcas a Nelly.
—¿Y quién es Nelly?
—Nelly es mi amiga. Es prostituta, y es lisiada.
—¿Cómo que es lisiada? —pregunté sorprendida... no porque fuera prostituta si no porque... ¿prostituta y lisiada?
—La tenés que conocer —dijo rotundo. Vale la pena.
Y por supuesto, la conocí. Tenia razón, valía la pena.

Cuando apareció en casa con Alfredo, traté de disimular el impacto que me causaron sus bastones que la ayudaban a caminar, agarrados en cada codo.
No suelo sorprenderme ante la discapacidad de las personas. Todos tenemos alguna. La diferencia era que la de Nelly no era de las invisibles. Caminaba con una renguera tremenda por una deformación en las caderas, de la que nunca supe el origen.
"No... es una joda... seguro.. una broma de este" pensé... "¿Cómo esta mujer puede ser prostituta?".

Nos sentamos a tomar café y a charlar y esta Nelly me pareció una persona encantadora, que una vez entrada en confianza contó qué hacía de su vida y sobre todo, cómo sobrevivía económicamente. Con lo que ganaba levantando tipos por Constitución, pagaba un hotel barato del barrio de San Telmo. Eso sí. Cobraba poco y así se las rebuscaba para hacer unos mangos. Yo, seguía sorprendida.

—¿No me crees? Te juro que hay gente para todo —dijo haciendo referencia a su cliente fijo. Y no de ahora, desde hace mucho.

Todos los jueves ella lo esperaba sentada en un bar de Avenida de Mayo. El llegaba a buscarla en un coche con chofer. Se metía en su auto e iban siempre al mismo lugar. La particularidad del caso: el tipo no había hablado nunca. El trato con ella lo había hecho el chofer. Ese era su mejor cliente, el mas fiel. Con esa guita pagaba la pieza.

—¡Pero podés creer que no le conozco la voz!
—Será mudo —pensé y reafirmé para mis adentros su idea: hay gente para todo.

Parece que el hombre no abría la boca ni para decirle "chau", cuando la llevaba de vuelta al bar de donde la había levantado. Nelly tenía unos modales y una cultura que me llamaron la atención. No era joven. "Por lo menos anda por los cincuenta", pensé. Le gustaba leer y su sensibilidad e inquietudes amenizaron una charla de domingo sin apuro. Me producía una profunda tristeza su oficio, siempre presente en mi cabeza, aunque habláramos de otras cosas. Tenía mucho sentido del humor y sabía reirse de sí misma.

—Mirá lo que me pasó el otro día. Yo estaba por Constitución parada en una esquina, tratando de enganchar algún cliente. En eso se me acerca un pibe y mirando mis bastones me dice: "¿La ayudo a cruzar, señora?". "Por veinte pesos me acuesto con vos y te hago de todo", le respondí. El pibe me miró con horror y salió corriendo. Quiso hacer una buena acción y mirá con lo que le salí yo....

Nos reimos, Alfredo y yo. La anécdota era graciosa, pero la risa nos salió dolorosa. No estoy segura de que cosa me parecía peor, que trabajara como prostituta o que alguien comprara los servicios sexuales de una persona tan ostensiblemente lisiada. Además me parecía tan refinada y tan culta. Pensé que debería cambiar de profesión y se lo sugerí, tratando de no parecer prejuiciosa respecto del antiguo oficio y evitando herir sus sentimientos.

—Decime Nelly ¿No pensaste en trabajar de otra cosa? Algo como...
—Decime nena —me interrumpió cortante. Yo profesión no tengo, trabajo no me da nadie. Ahora vos decime, con una mano en el corazón. Si yo te toco el timbre y me ofrezco de sirvienta para limpiar tu casa, ¿Vos me tomarías?

Me bajó de un hondazo.
"Claro que no" pensé, mientras me juraba nunca prejuzgar, nunca pontificar, y sobre todo entender, que en esta vida cada uno hace lo que puede.

3 comentarios:

  1. uffff... que final. Que lindo volver a escuchar estas historias, que cada vez que las leo me recuerdan a como las contas! excelente...

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  2. Que buena enseñanza que te dejó Nelly.

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  3. Otra historia atrapante !!!
    Como me gusta tu redaccion.Sos muy buena contando
    tus vivencias.
    Vuelvo a felicitarte.

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